
Hubo un terremoto en el pais ese año pero lo q' se venìa para Cata era un terremoto en su vida.
Siempre tuvo problemas de sobre peso pero ella lo combatia con gimnasia y baile. Le empezó también a apasionar el tema de la defensa personal y tenia amigos que en eso la instruian ciertos días.
Era Diciembre y una actividad de ayuda a los damnificados de aquel terremoto se preparaba en el colegio al que ella asistía. Si bien era una muchacha altruista que le gustaba ayudar, consigo misma era franca y se reconocia que su motivación mayor era otra ese día, verlo a él, a Sam, a quien sus suspiros y miradas dirigía, ya no estaban juntos pero él había preguntado por ella y ese día asistiría a la fiesta.
Expectante y feliz ella estaba, como nunca antes ese día se arreglaba, "por suerte" pasaba por uno de sus periodos de delgadez y con ello pudo usar esos pantalones con cinturón ancho y debajo poder guardar la parte acinturada del aquel poleròn rojo ceñido con hombreras y cuello de tortuga, pelo suelto, su melena que tanto cuidaba, lábial rojo claro y brillo, y en los ojos como siempre el toque de negro que los hacia resaltar.
Con su amiga Laly de tantos años se juntó y juntas la imaginación echaron a correr, Laly le contó que con Sam se encontró, que por ella preguntó y también le confirmó que esa noche por un rato asistiría. Pasaba la hora y él por fin apareció pero un gran dolor le causó porque con una niña tomada del brazo llegó, apenas saludó, una sonrisa y una mirada extraña a Cata le dirigió y eso más la alteró. Cata estaba dolida, herida y con ello era capaz de cualquier cosa por hacerlo sentir a él tan mal como ella. Justo en eso pensaba cuando el hermano de Laly llegó con un amigo, Cata apenas los saludó y se enfrasco en un mar de preguntas con Laly que tampoco entendía la reacción de Sam.
Cata fue a refrescarse al baño, a relajarse y cuando volvió al gimnasio donde daban el show,Laly le contó que el amigo de su hermano preguntó por ella y la quería conocer, esta era la ocación , aceptó conocerlo convencida de causarle celos a Sam que la miraba desde lejos y cinicamente la saludaba con la mano. Empezó a conversar con ese hombre, sí era un hombre para ella, incluso ya terminó la Enseñanza Media, fisicamente no le agradó pero se contuvo de esa banal y tan común reacción. Él le pidió que le mostrará el colegio y justo ahì vió que Sam salía del gimnasio asi que era la excusa ideal para salir también, ese hombre la miraba intensamente y a ella eso le molestaba pero no le daba real importancia porque para ella la intensidad de la mirada que sí recordó por largo tiempo fue la de Sam pero nunca supó que interpretación darle; solo la miró fijamente por varios segundos antes de salir del colegio... ella no sabía que ese sería el último día que lo vería.
Ese hombre le hablaba pero ella tenía pena,desilusión,no lo escuchaba realmente,pero reaccìonó con el insistente:
-ya poh, muestrame el colegio. Cata internamente respiró profundo y se dijó "bueno,que tanto, no tengo otra cosa que hacer, por lo menos este me ayudará a distraerme". Le mostró los patios, la casa de la momia y las salas del 1er piso.
Él le preguntó por las salas de arriba, Cata le contestó que ahí estaba su sala de curso y donde le hacian Matemáticas (cómo odiaba ese ramo...quizás inconcientemente lo odiaría más por lo que pasaría más tarde).
Él le dijó que se la mostrará, que subierán, ella le aclaró que no se podía, que por eso estabán los de la brigada en las escalas haciendo guardia; pero él insistió e incluso se quedó con ella cerca de una escala, le dijó que hicieran una maldad cuando vió que el brigadista caminaba hacia el pasillo y dejaba el paso libre, la tomó de la mano y subierón corriendo la escala, reían de haber logrado la proeza y llegarón a la ventana que está frente a la mentada sala.
Él no le soltaba la mano y Cata estaba incomoda con esto, trato de sacarla pero él le retuvo el dedo indice; ella nerviosa porque intuía un beso empezó a hablarle de sus profesores cuando justo vio por la ventana a 2 que se marchaban. Él la arrinconó entre la pared y un brazo y le dijó que no quería saber más del colegio, que quería darle un beso; ella le dijó que no, que apenas lo conocía, él le respondió que era solo un beso, que no se arrepentiría y que por algo estabán ahí... ella se sintió presionada y él hasta el momento había sido un tipo caballeroso, hostigoso pero caballeroso...hasta ese momento.
Cata aún dolida con Sam y con un pensamiento un poco machista pensó "bueno, que tanto si solo son unos besos, para terminar bien la noche" y vinó el beso, ella en forma timida ya que apenas había aprendido a besar en Enero de ese año y lo había hecho con una sola persona, su 1er pololo.
Él al principio respetó su ritmo pero de a poco fue aumentando la intensidad y su respiración se aceleraba, Cata se asustó y lo detuvó, él la tranquilizó, le dijó que se notaba que no sabía besar bien pero que a él no le importaba e incluso le dijo que siguierán, que él le enseñaría más... Cata tonta e ingenua Cata cayó en su juego y siguió, no quería quedar una vez más como la mojigata.
El hombre se aprovechó de su ventaja y la arrastró a un mar de besos jadeantes que no conocía, las manos de él ya no la tocaban suavemente, parecia que la friccionaban, ella sentía el calor de esas palmas y cuando ya se aterrorizó fue cuando él pasó esas manos ya asquerosas para ella en aquellas partes de su cuerpo que jamás habian sentido la mano de un hombre, ni de su padre.
Cata solo tenía 15 años, apaenas sabia besar, tenía sueños de niña enamorada con Sam, el amor para ella era tan puro como el de las peliculas Disney o la serial animada Candy; no había vivido nada chocante en esa area y lamentablemente por orgullo y celos ahora lo vivía con un desconocido.
Las manos de él subían y bajaban presurosamente, sus brazos la prisionaban, ella aún no podía reaccionar, ahora recién le tomo sentido la frase "es como pulpo".
Cata estaba asustada, le asqueaba sentir esas manos en sus pechos o presionando su trasero, ella quería zafarse, negarse, pero él no la dejaba hablar, su boca muy pocas veces se despegó de la de ella, su lengua... esa lengua asquerosa que no podía manejar... quería gritar, Cata quería gritar, golpearlo, pero estaba congelada.
En esos segundos recordaba una conversación con amigas en la que decián que harían si alguien se propasara, Cata jactandose de sus conocimientos de defensa personal decía que haría en cada caso detallando cada movimiento y golpe... sus amigas la admiraron e incluso terminarón esa tarde aprendiendo algunos trucos que ella les enseñó...otra cosa es con guitarra dicen...
Pero ahora nada pasaba, esta era la realidad y ella no reaccionaba, su cuerpo no reaccionaba, Cata se daba la orden mentalmente:
"Cata pegale con la rodilla en los testiculos" "Cata muerdele la oreja" "Cata rasguñale el ojo" "¡Cata grita,grita!" pero su cuerpo no reaccionaba. Se maldecia internamente por ser tan débil, por no decir "NO" cuando pudo, por no usar los conocimientos de los que se ufanó frente a otros.
El pasillo estaba muy oscuro, era una cueva, qué hacía ahí, lo único que escuchaba eran los jadeos y respiración agitada de ese hombre, y de repente lo escucho decir "ves, te dije que te gustaría" Ella no podía creer lo que oía, le dierón ganas de vomitar, pero claro él pensó que Cata lo estaba pasando bien porque nada hacía, quizás él confundía los bajos gemidos que ella daba tratando de gritar como una muestra de placer... estupido, imbécil.
Y venía lo peor, cuánto tiempo había pasado, 10 minutos, media hora, para ella era insostenible, solo quería que terminará pronto, pero él quería algo más que eso, ella lo supó apenas notó que él empezó a desabrocharle el cinturón, Cata ahora sí estaba espantada, quería llorar, quería gritar.
¡CATA GRITA ESTUPIDA,GRITA! se decía. Él siguió y desabrochó el botón con lo cual pudo levantar el polerón rojo y tocar su espalda tremula de miedo, los dedos de él se dirigierón al sostén, lo quería desabrochar, por suerte el polerón era muy ajustado y Cata no movió el brazo para darle esa facilidad...por lo menos algo...; él obviamente no se contentó con eso y si aprovechó de palpar la forma de sus pechos por sobre el sostén..no solo una vez; luego su mano intentó correrlo para palpar directamente la piel pero Cata nuevamente algo reaccionó y se arqueó para evitarlo, ya empezarón a salir de su garganta unos ahogados "no" pero ese hombre consciente o inconscientemente no los escuchaba.
Al ver que falló arriba bajó su mano y la ingresó por el pantalón...Cata transpiraba de miedo y de tanta energia que gastaba, quizás solo por esto su llanto retenido no salía, pero ahora vió perfectamente la imagen de lo que sucedería si no escapaba, juntó energia y con la fuerza que le afloró con su brazo derecho detuvo el de él que estaba en su zona vientre y con su brazo izquierdo lo hizo levemente retroceder y nuevamente otro ahogado "no!"
Pero él era mayor y más fuerte que ella y con ambos brazos la presionó dejandola inmovil y tan pegada a él que perfectamente podía sentir el gran calor que había en su zona pelviana, la apretó y dominante le dijó "ya, terminemos" y antes que ella dijera nada introdujo su lengua en su boca y la besó desenfrenado; ya no había vuelta, sabía que ese hombre quería hacerla suya y aunque ella no quería él seguía, besando, tocando, presionando, friccionando...No, no podía ser: para Cata era su primera vez, sería así?...una violación, por dentro un grito desgarrado decía "¡¡ NO,NO !!"
Dios por favor no, y se repetía "¡¡CATA GRITA, TÚ PUEDES, HAZLO GRITA, GRITA!!"
Le rogaba a Dios que le diera fuerzas para gritar y en ese momento vió por el rabillo de su ojo izquierdo una luz que se acercaba, era una linterna, él no la soltó, solo dejó de besarla y apartó el rostro, no podía apartarse por completo o dejaría en evidencia el hecho por el pantalón de ella que estaba desabrochado y el cinturón de él abierto.
Un joven que Cata jamás había visto se acercó hasta que se vierón los 3 el rostro y muy amable les dijó al hombre y a ella que no podían estar ahí, que estaba prohibido; aquel asqueroso hombre como quien le habla a un compinche de pillerias le dijó al brigadista palmoteandole el hombro:
-"ya loco buena onda, pero dejanos unos minutitos más aquí, mira que abajo están nuestros amigos y tú sabí poh..." El brigadista sonriendo le dijó:
-"ah, si poh, entiendo, pero 5 minutitos no más chiquillos, ya?" a lo que el hombre respondió:
-"sí, no te preocupí, no te vamos a dar problemas"
Cata estaba choqueada, no podía creer que quien la puede ayudar se iría de inmediato por un mal comprendido "apoyo al género masculino". Ella sabía que no serían 5 minutos, y sabía que pasaría, sus cuerpos aún no se despegaban cubriendo la evidencia, la oscuridad ayudaba a eso.
Tan congelada pero a la vez aterrada estaba que con su desesperación por querer decir algo emitió un ruido, ni ella sabe que dijó o emitió pero eso basto para que el brigadista le pusiera atención, amable le preguntó si estaba bien, si le pasaba algo, Cata no alcanzó a reaccionar y el hombre rápido dijó "sí, no te preocupí, si yo la veo, está bien".
Pero Cata otra vez intentó hablar y el brigadista dirigió la luz hacia ella para verla mejor...Cata hasta el día de hoy no sabe que rostro tenía, que facciones dibujaban su cara, que expresión le dió a ese joven que cambió el zurco de sus cejas demostrando preocupación y les dijó mirando seriamente al hombre:
-"No, ya bajen altiro no más, no pueden quedarse aquí. Y tomando al hombre por el hombro lo obligó a separarse de ella y hacerlo caminar hacia la escala.
Cata empezò a respirar más calmada y aprovechando la oscuridad arregló sus ropas y se abrochó el pantalón y cinturón. Camino pegada a la espalda del brigadista pendiente de los movimientos de aquel hombre. Cuando llegarón abajo el brigadista la tomo del codo, le dijó que se veía mal, que se fuera a refrescar al baño y mirando desafiante al hombre le dijó "tú esperala aquí".
El brigadista la acompañó hasta la puerta del baño sin decirle nada pero ella intuía que él ya sabía algo. Preocupado haciendole cariño en la espalda le preguntó si estaba bien, ella nerviosa asintió con la cabeza y de reojo miraba asustada al hombre que estaba unos metros atras, el joven para tranquilizarla le dijó:
- "no te preocupes, yo lo retengo. Si quieres anda a Inspectoria, alla hay gente, ya sabes por donde salir". Esto terminó por confirmarle a Cata que el joven ya sabía o intuía lo que pudo pasar en ese 2do piso frente a la sala de Matemáticas...
Él al despedirse en forma casi paternal le acarició la cabeza y le dijó:
-"Cuidate, pero cuidate en verdad". Sí, le dijó Cata con una sonrisa de agradecimiento.
Cuando ella vió que el brigadista llegó hasta donde estaba el hombre y lo puso a espaldas de ella echo a correr despavorida hacia el gimnasio en busca de su amiga Laly y le contó lo que sucedió, Laly espantada le dijó que fuerán a Inspectoría y lo denunciarán pero Cata estaba aún muy asustada y confundida y le dijó que no porque sabía que haciendo eso se enterarían sus padres y no los podía hacer pasar por esa verguenza, además para ella sería muy humillante detallar el hecho.
Le pidió a Laly que la ayudara a esconderse y así lo hicierón hasta que se asegurarón que aquel hombre se fue del colegio, no sin antes dar varias vueltas furioso buscandola.
Ya estando más tranquilas Laly le comentó a Cata:
-"parecia loco buscandote, debe estar mal de la cabeza, con razón si cuando pasaste por el lado de nosotros en el gimnasio el te quedó mirando fijo de arriba a abajo y pregunto quién eras y que te lo presentarán rápido" Cata molesta le preguntó porque no le dijó antes eso, Laly le aclaro que no le dió mayor importancia en ese momento porque no lo conocia y que además también viò en ello una buena oportunidad para subirle el animo porque la vio mal por lo de Sam... Cata vió que la intención original de su amiga era buena asi que lo dejó solo así pero eso sí le obligó a jurar que no lo contaría ni hablarían jamás de ese tema. Y así fue por los 4 años proximos que siguierón juntas en el colegio.
Cata se guardó tanto ese tema que no se dió cuenta que le acarreó muchas trancas en diferentes planos, incluso en una ocación confesandole el tema a una sicologa esta le hizo ver a Cata que quizás el tema de su sobrepeso que se hizó más obvio con los años era una arma de auto defensa para no volver a pasar por una situación así...algo de sentido tiene...jamás lo vió así hasta esa vez.
Cata sacó algo muy en claro también...jamás deberá jactarse tanto de saber que hacer en ciertas situaciones porque realmente algunas son tan crudas y fuertes que no permiten razosinio.
Si bien en el futuro vivió un par de percances en el tema pudo manejarlos mucho mejor porque a partir de esa vez no solo siguiò ejercitandose para tener fuerza fisica si no que empezò a leer mucho y a analizar más las cosas con lo cual logro mayor fuerza mental y conocimiento de si misma en muchos sentidos.
Pero si hay algo de lo cual aún no puede sacar una conclusión o respuesta total y es la capacidad de ciertas mujeres para expresar sus miedos e histerias, Cata no es histerica, no le teme a los temblores o arañas como otras mujeres..no hace lo que toda mujer toma como arma de defensa elemental... y ella se repite esto para lograrlo alguna vez ¡¡¡GRITA CATA, GRITA!!!